Según informó el diario local El Tribuno, Gerónimo Saravia volvía a su casa por la ruta 26 cuando lo detuvieron dos vehículos sin identificación policial de los que bajaron hombres vestidos de civil y con armas largas.
Como no era posible reconocer que fueran policías, el rugbier temió lo peor, chocó a los otros autos y escapó. Cuando en el camino apareció un móvil del 911, detuvo su marcha y pidió ayuda. Pero lo alcanzaron los otros dos autos que lo habían querido detener previamente, le rompieron la luneta, el parabrisas y lo golpearon hasta dejarlo casi inconsciente.
Según las primeras versiones no-oficiales, Saravia fue perseguido por móviles de policía que lo confundieron con un delincuente.
Por la gravedad del caso, el gobierno de Salta ordenó la suspensión preventiva y separación de la fuerza a 14 efectivos y al jefe de la Unidad Regional
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